Filósofos presocráticos monistas
Los filósofos monistas compartían la idea de que existe un solo arché o principio fundamental del universo, aunque diferían sobre cuál era este elemento esencial.
Tales de Mileto propuso que el agua era el arché, mientras que su discípulo Anaximandro sugirió el apeiron (lo indeterminado). Anaxímenes, otro milesio, consideró al aire como el principio básico, y Heráclito de Éfeso identificó el fuego como arché, usando esta idea como metáfora del constante cambio y movimiento universal.
Parménides tomó un enfoque distinto al concentrarse no en un elemento físico sino en "el Ser" como realidad fundamental. Su famosa frase "el Ser es y el no ser no es" estableció un principio lógico crucial: nada puede surgir de la nada, una idea que influiría profundamente en la filosofía posterior.
💡 Aunque parezcan simples, estas teorías sobre el arché fueron revolucionarias porque intentaban explicar el mundo mediante la razón y no a través de mitos o dioses.