Teoría de las Causas y Antropología
Aristóteles creía que para entender realmente algo, debemos conocer sus cuatro causas: la causa material (de qué está hecho), la causa formal (qué lo hace ser lo que es), la causa eficiente (qué lo produjo) y la causa final (para qué existe). Por ejemplo, en un tomate, la causa material son sus células y minerales, la formal es lo que lo hace ser tomate, la eficiente incluye la tierra y el sol, y la final es su reproducción o consumo.
Con estas ideas, Aristóteles se convierte en el padre del empirismo: todo conocimiento comienza con la experiencia sensible. A diferencia de Platón, revaloriza los sentidos como herramientas legítimas para conocer la realidad, estableciendo las bases del método inductivo que va de lo particular a lo universal.
Su visión sobre el ser humano evoluciona desde el dualismo platónico hasta su propia teoría hilemórfica. En su etapa final, sostiene que cuerpo y alma constituyen una única sustancia, como materia y forma. El alma es la forma del cuerpo, pero de un cuerpo organizado de modo específico. No son entidades separadas sino aspectos de una misma realidad.
💡 Este enfoque de Aristóteles es revolucionario: no somos almas atrapadas en cuerpos, sino seres integrados donde lo corporal y lo espiritual forman una unidad inseparable.