La epistemología como reflexión compartida
El conocimiento epistemológico no se construye en solitario, sino que se escenifica en la interacción. No se anida únicamente en la estructura de un pensamiento interno y aislado (solipsístico), sino también en la interacción con los otros.
Los cuestionamientos, concordancias y discordancias de los demás son motivos que mueven al sujeto a reflexionar. Estas reflexiones se evidencian tanto en lo público como en lo privado: en la convivencia, en el colectivo, en la comunidad académica... en pocas palabras, en el intervalo del yo-otro, en un nosotros.
💡 La epistemología más valiosa es producto de una reflexión compartida, enriquecida por las perspectivas diversas de una comunidad que piensa en conjunto.
Este fenómeno ocurre tanto con el científico que piensa reflexivamente a nivel individual como con los grupos que construyen saberes epistemológicos. El conocimiento más sólido surge de una reflexión "émica" de grupo, enriquecida y compartida en el seno de la comunidad académica.
La epistemología, entonces, nos enseña que el verdadero progreso del conocimiento no proviene de mentes aisladas, sino de la interacción crítica y constructiva entre personas que cuestionan, reflexionan y comparten perspectivas en un diálogo constante. Es en ese espacio compartido donde el saber avanza de manera más significativa.