Transporte de Electrones y Fosforilación Oxidativa
La cadena transportadora de electrones (CTE) y la fosforilación oxidativa representan la etapa final y más productiva del metabolismo energético. Aquí es donde se genera la mayor parte del ATP celular.
Los transportadores de electrones NADH y FADH₂, producidos en la glucólisis, la formación de acetil-CoA y el ciclo de Krebs, entregan sus electrones a la CTE ubicada en la membrana mitocondrial interna. A medida que los electrones pasan de un complejo a otro, liberan energía que se utiliza para bombear protones (H⁺) desde la matriz hacia el espacio intermembranoso.
Este bombeo crea un gradiente electroquímico de protones a través de la membrana interna. La energía almacenada en este gradiente impulsa la síntesis de ATP cuando los protones fluyen de regreso a la matriz a través de la ATP sintasa, un complejo proteico que funciona como una turbina molecular.
Al final de la cadena, los electrones se combinan con protones y oxígeno para formar agua. El oxígeno es el aceptor final de electrones, y por eso es esencial para la respiración aeróbica.
💡 ¿Te has preguntado por qué necesitamos oxígeno para vivir? El oxígeno es el aceptor final de electrones en la CTE. Sin él, la cadena se detendría, el NADH y FADH₂ no podrían regenerarse, y la producción de ATP se reduciría dramáticamente.