Fecundación e Implantación
La fecundación sigue un proceso ordenado que comienza con la llegada del espermatozoide al óvulo. Luego ocurre la reacción acrosómica, que permite al espermatozoide atravesar la zona pelúcida. Finalmente, se fusionan las membranas y los núcleos de ambas células. Este proceso tiene consecuencias importantes: aporta variabilidad genética, determina el sexo genético y forma el cigoto, primera célula del nuevo ser.
La implantación es el proceso que sigue a la fecundación. Durante los primeros días, el cigoto comienza a dividirse mientras avanza por el oviducto hacia el útero. Estas divisiones, llamadas segmentación, aumentan el número de células sin cambiar su tamaño total, formando la mórula después de 3 o 4 días.
El proceso continúa con la blastulación, donde las células (blastómeros) empiezan a organizarse y forman una cavidad interna, creando el blastocisto. Finalmente, el blastocisto llega al endometrio donde el trofoblasto libera enzimas que degradan parte del tejido uterino, permitiendo que el embrión se adhiera.
💡 Durante la implantación, el trofoblasto libera la hormona gonadotropina coriónica humana (hCG), que es la hormona que detectan las pruebas de embarazo y mantiene el cuerpo lúteo produciendo hormonas necesarias durante los primeros meses.