Oximorom: Del Ciclo Tecnológico a la Intervención Social Reflexiva
La intervención social reflexiva se presenta como un oximorom (combinación de expresiones opuestas) porque demanda al proceso tecnocrático hacerse cargo de los aprendizajes profesionales no previstos que emergen de la práctica.
El ciclo tecnológico tradicional opera como una secuencia lineal donde cada etapa precede a la siguiente, concluyendo en una evaluación que cierra el proceso sobre sí mismo. Su fortaleza tecnocrática le resta oportunidades de reflexión al no contemplar conectores que permitan el desarrollo reflexivo explícito.
La propuesta amplía las coordenadas del ciclo tecnológico, incorporando ejes conceptuales de análisis que transcienden a la totalidad del proceso con una doble misión:
- Sostener y orientar el actuar profesional
- Otorgar una matriz de análisis para los aprendizajes generados
Estos ejes conceptuales evitan que los objetivos de intervención se conviertan en la única viga maestra, permitiendo que la reflexión profesional acompañe todo el proceso. A diferencia del modelo original, donde la teoría sostiene principalmente la etapa diagnóstica, aquí los ejes conceptuales se mantienen vigentes transversalmente.
La propuesta culmina con una fase de reflexiones profesionales que sistematizan los aprendizajes obtenidos, transcendiendo la racionalidad técnica hacia la generación de conocimiento desde la propia experiencia.
📌 Esta propuesta representa una paradoja central para Trabajo Social: aunque tradicionalmente se considera que la intervención instrumental no contempla la dimensión reflexiva, es precisamente en esta aparente contradicción donde se encuentra atrapado el impulso disciplinario de la profesión.