Infrasonidos, ultrasonidos y efecto Doppler
Nuestros oídos solo pueden captar frecuencias entre 16 y 20.000 Hz, pero existen sonidos fuera de este rango. Los infrasonidos (por debajo de 16 Hz) son producidos por terremotos, ballenas o elefantes. Los ultrasonidos (por encima de 20.000 Hz) son utilizados por murciélagos y en aplicaciones médicas como las ecografías.
Los instrumentos musicales se clasifican según cómo producen el sonido: de cuerda (como guitarras), de percusión (como tambores) y de viento (como flautas). Todos aprovechan la resonancia para amplificar el sonido mediante sus cajas de resonancia. ¡Tu propio pecho y cavidades bucales actúan como cajas de resonancia naturales cuando hablas!
El efecto Doppler es ese cambio en el tono que percibes cuando una fuente sonora se mueve respecto a ti. Si una ambulancia se acerca, escuchas su sirena más aguda; cuando se aleja, la escuchas más grave. Esto ocurre porque las ondas se comprimen delante de la fuente en movimiento y se estiran detrás de ella.
🚑 ¡Experiméntalo tú mismo! Presta atención la próxima vez que pase una ambulancia con la sirena encendida. Notarás cómo el sonido cambia justo cuando pasa frente a ti, pasando de agudo a grave.
La velocidad del sonido en una cuerda vibrante depende de la tensión y de su masa por unidad de longitud, según la fórmula: v = √T⋅L/m. Esto explica por qué al tensar más una cuerda de guitarra, su sonido se vuelve más agudo.