La Revolución Francesa: El pueblo toma el poder
Imagina una Francia de finales del siglo XVIII donde el rey lo controlaba todo. La sociedad estaba dividida en tres grupos: el clero (primer estado), la nobleza (segundo estado) y el resto de la población (tercer estado). ¿Adivina quién pagaba casi todos los impuestos? Sí, el tercer estado, que además tenía pocos derechos.
La situación se volvió insostenible cuando Francia entró en una profunda crisis económica. Había escasez de alimentos, especialmente pan, y la gente moría de hambre mientras los nobles seguían viviendo en lujo. Las ideas de la Ilustración sobre libertad e igualdad comenzaron a resonar con fuerza entre el pueblo.
El 14 de julio de 1789, ocurrió algo que cambiaría la historia: el pueblo parisino tomó la Bastilla, una fortaleza-prisión que simbolizaba el poder absoluto del rey. Este acto de rebeldía marcó el inicio de la Revolución Francesa, un proceso que acabaría con siglos de monarquía absoluta.
¡Reflexiona! Tanto la Independencia de Estados Unidos como la Revolución Francesa fueron impulsadas por las ideas de la Ilustración. ¿Crees que hubieran sido posibles sin filósofos como Rousseau o Montesquieu?
El impacto de estos eventos fue enorme. Las ideas de la Ilustración transformaron la manera de organizar la sociedad, promoviendo valores como la libertad, la igualdad y la confianza en la razón humana. Estos principios siguen siendo fundamentales en nuestras democracias actuales.