Antecedentes del Imperialismo
La expansión imperialista surgió en un contexto de capitalismo industrial en pleno auge, donde países como Inglaterra, Francia y Alemania necesitaban cada vez más materias primas para sus industrias. Esto generó una intensa competencia entre potencias europeas que, impulsadas por un nacionalismo exacerbado, buscaban expandir sus territorios.
El crecimiento demográfico fue otro factor determinante. La población mundial pasó de 954 millones en 1800 a 1.634 millones en 1900, incrementando la demanda de recursos. Por ejemplo, Gran Bretaña creció de 20,8 a 37 millones de habitantes, mientras que Rusia pasó de 68,5 a 132,9 millones.
El imperialismo es una política de expansión y dominio territorial que puede ser directa (conquista, colonialismo) o indirecta (influencia, hegemonía). Su objetivo principal era establecer la supremacía política, económica y cultural sobre los territorios sometidos, utilizando la idea de "progreso indefinido" como justificación ideológica.
💡 ¿Sabías que? Los imperios europeos llegaron a controlar casi el 85% de la superficie terrestre global a principios del siglo XX, siendo el Imperio Británico el más extenso con presencia en todos los continentes.