China, Corea y Vietnam en la Guerra Fría
¿Te has preguntado por qué hablamos de China en la Guerra Fría? Aunque el conflicto principal era entre EE.UU. y URSS, estas superpotencias expandían sus ideologías ayudando a otros países. China es un caso perfecto para entender esto.
Desde 1920, China vivía una guerra civil entre comunistas (apoyados por la URSS) y nacionalistas (apoyados por EE.UU.). En 1949, los comunistas liderados por Mao Zedong derrotaron a los nacionalistas y establecieron la República Popular China. Mao implementó un socialismo de tipo soviético y más tarde un comunismo agrario, pero ambos fracasaron. Impulsó la "Revolución Cultural" para reprimir opositores, causando enormes sufrimientos. Tras su muerte, Deng Xiaoping asumió el poder e introdujo reformas económicas mientras mantenía el sistema político comunista.
La división ideológica también afectó a Corea, que quedó dividida en dos: el Norte comunista y el Sur capitalista. En 1950, Corea del Norte invadió al Sur, provocando la Guerra de Corea. Estados Unidos apoyó al Sur y China al Norte. Al finalizar la guerra en 1953, la península quedó dividida como al principio, con una frontera fuertemente militarizada.
Vietnam tuvo una historia similar. Tras independizarse de Francia, se dividió en Vietnam del Norte (comunista) y Vietnam del Sur (capitalista). Estados Unidos envió tropas para apoyar al Sur, pero la guerra se volvió muy impopular en EE.UU., lo que llevó a su retirada. En 1975, todo Vietnam quedó unificado bajo un gobierno comunista liderado por Ho Chi Minh.
¡Conexión clave! Estos conflictos demuestran cómo la Guerra Fría se peleó realmente en "terceros países". EE.UU. y la URSS nunca se enfrentaron directamente, pero financiaron y apoyaron a bandos opuestos en conflictos locales, convirtiendo problemas regionales en escenarios de la confrontación global.