Nuevas tensiones y conflictos
Tras el asesinato de Kennedy en 1963, Lyndon B. Johnson asumió la presidencia de Estados Unidos. En la URSS, Khrushchev fue destituido en un golpe interno y reemplazado por Leonid Brezhnev, quien reimpuso restricciones a las libertades y abandonó la política de coexistencia pacífica.
En 1968, cuando el líder checoslovaco Alexander Dubček intentó implementar un "socialismo con rostro humano" dando más libertades a su pueblo, Brezhnev ordenó la invasión del país. Esta intervención, conocida como la Primavera de Praga, demostró que la URSS no toleraría desviaciones del modelo soviético.
La Guerra de Vietnam se convirtió en el conflicto proxy más sangriento de la Guerra Fría. Vietnam del Norte (comunista) luchaba contra Vietnam del Sur pro−occidental con el apoyo de la URSS y EE.UU. respectivamente. A pesar de enviar más de 500.000 soldados, EE.UU. no pudo evitar la victoria comunista, y se retiró tras los Acuerdos de Paz de París de 1973.
Esta derrota causó profundo trauma en la sociedad estadounidense y desconfianza hacia el gobierno, especialmente bajo Richard Nixon, quien asumió la presidencia en 1969.
💡 En medio de los conflictos, EE.UU. logró un triunfo simbólico en la carrera espacial al colocar al primer hombre en la Luna en 1969. Este logro recibió enorme atención mediática, eclipsando muchos éxitos soviéticos anteriores en el espacio.
Nixon implementó una política de distensión (relajación de tensiones) con la URSS, visitando Moscú y firmando los acuerdos SALT I para limitar armas nucleares. También se firmó el Tratado de No Proliferación Nuclear, limitando la posesión de armas atómicas a EE.UU., URSS, Reino Unido, Francia y China.
Sin embargo, EE.UU. continuó interviniendo en Latinoamérica con el Plan Cóndor, apoyando dictaduras militares en Chile, Argentina, Brasil y otros países para evitar gobiernos de izquierda.