La dualidad del símbolo
Todo símbolo literario funciona como un puente entre dos dimensiones: lo concreto y visible que podemos percibir directamente con nuestros sentidos, y lo abstracto e invisible que captamos con nuestra mente y emociones.
La parte visible del símbolo es su manifestación física en el texto: una cruz, un anillo, un cuervo, o cualquier otro elemento tangible que aparezca en la narración. Esta es la "puerta de entrada" que el lector puede identificar fácilmente.
La parte invisible es el concepto o idea abstracta que el símbolo evoca: espiritualidad, compromiso, muerte, u otros conceptos que no pueden tocarse pero sí entenderse. Esta dualidad es lo que da a los símbolos su poder expresivo en la literatura.
💡 Truco de interpretación: Para descifrar un símbolo, pregúntate qué emociones o ideas abstractas te evoca ese objeto o imagen concreta. Confía en tu intuición, pues los símbolos conectan con nuestro inconsciente colectivo.