Evaluación Clínica de Pares Craneales
Para evaluar el nervio olfatorio (I), pide al paciente que cierre los ojos e identifique olores comunes en cada fosa nasal. Un hallazgo patológico sería la anosmia (pérdida del olfato), hiposmia (disminución) o parosmia (percepción distorsionada). Con el nervio óptico (II) evaluamos la agudeza visual mediante la tabla de Snellen y los campos visuales con pruebas de confrontación.
Los nervios oculares (III, IV y VI) se evalúan observando el seguimiento visual. Las alteraciones incluyen diplopía (visión doble), estrabismo (desalineación ocular) o ptosis (caída del párpado). Para el trigémino (V), evalúa la función motora pidiendo al paciente que mastique y la sensitiva usando estímulos en tres puntos de la cara: sobre la ceja, labio superior y mentón.
En la evaluación del nervio facial (VII), es crucial distinguir entre parálisis central y periférica. La parálisis periférica afecta toda la hemicara (frente, ojo y boca), mientras que la central solo compromete la parte inferior, manteniendo la movilidad de la frente. Para el nervio vago (X), observa la elevación del paladar al decir "ah" y evalúa el reflejo nauseoso con un bajalenguas.
💡 Recuerda: La evaluación bilateral y comparativa es esencial, ya que las asimetrías son más fáciles de detectar que las alteraciones bilaterales sutiles.